sábado, 16 de mayo de 2009

Dunas y pastizales, nuestros eternos vecinos

Las Dunas de Samalayuca son un eterno testigo de los sucesos ambientales que han ocurrido en nuestra región y que han determinado lo que actualmente somos. Nos recuerdan la terminación de la epoca glaciar y su deshielo que dejó sedimentos de sílica. Las corrientes de aire han chocado permanentemente con la Sierra del Presidio, creando un efecto de ola y las partículas suspendidas de sílica, viajando entre ventarrones, han sido depositadas por miles de años en lo que hoy son los Monumentos de Samalayuca.
Nuestra ciudad se enclava en la Mesa del Norte o Mesa Central Región Norte, esta abarca una provincia muy basta que comprende parte de Arizona, Nuevo México, Texas, Chihuahua, Couahuila, Zacatecas, San Luis Potosi, Durango y Sonora. Nuestra mesa es una altiplanicie desértica cubierta de bolsones, barreales, y sierras separadas por llanuras y pastizales. Existen restos de la presencia de mares o lagos en la zona, el levantamiento sufrido por la tierra hizo que quedaran enormes cantidades de agua atrapada (hoy bolsones) que han subsistido por alimentación de sistemas hidrográficos aparecidos.

Las sierras de nuestra ciudad drenan por cientos de arroyuelos hacia el Río Bravo y a barreales o cuencas cerradas distribuidas por todo el territorio. El Río Bravo presenta huellas de movimientos fluviales de gran dimensión y sus vestigios conducen a pensar que los movimientos han tocado las montañas laterales y han asolvado la cuenca.

La biodiversidad presente en las llanuras y pastizales, generada por la presencia de zacates que inician una cadena alimenticia rica de insectos y animales, la protección de las sierras y la abundancia de agua crearon las condiciones para la atracción y el establecimeinto de los primeros pobladores. Ciudad Juárez, Chihuahua es verdaderamente un oasis en el desierto.